

¿Cómo nace Abducción Editorial? ¿Por qué se llama así? ¿Quiénes son?
Hace años que he tenido la idea de fundar una editorial junto a mi socio Francisco Schilling, pero sucedió lo que pasa casi siempre: era sólo un enunciado. La idea no era inalcanzable, conocíamos escritores y más de algún contacto teníamos para dar la partida. Pero eso no fue suficiente. Todo adquirió verdadera forma cuando encontramos un discurso al que afirmarnos: crearíamos una editorial que intentase hacerse cargo de las posibilidades de la literatura digital, y que no fuese una mera traducción del papel impreso a la pantalla del computador. El nombre viene de la nostalgia por las antiguas novelas por entrega, las cuales de alguna forma intentamos reactivar. Muchos géneros crecieron con ellas, entre esos, la ciencia ficción, con la cual tengo una gran deuda. De ahí lo de abducción. Somos cuatro en el equipo: Katherine Saint-Jean, editora, Gwendolyn Stinger, diseñadora, Francisco Schilling, editor e ilustrador, y yo (Juan Carlos Cortés) como editor y director general. Todos venimos de estudiar literatura o edición.
¿Por qué armar una editorial? ¿Qué te parece el trabajo de las editoriales hoy por hoy en Chile?
Me parece que en Chile se edita poca literatura. También pasa que las editoriales que la editan, por lo general independientes, no tienen una buena distribución, así que casi nadie se entera. Las grandes editoriales importan libros que han tenido éxitos afuera, cuando no echan mano de los autores que seguro agotan las impresiones. Lo que estas editoriales producen en nuestro país son libros de no-ficción como la autoayuda, las crónicas, memorias, horóscopos y similares, los cuales de vez en cuando pagan el publicar autores de ficción nuevos como una apuesta arriesgada, o un asunto de perfil. Para los que pensamos que la literatura requiere de una ficción alternativa para renovarse y queremos hacer algo al respecto, el hacer una editorial parece algo obvio. Por eso, creo, es que han surgido tantas nuevas y pequeñas casas de editores, las llamadas independientes. El problema de éstas es que, al ser pequeñas, son invisibilizadas por las tradicionales que ya manejan las vitrinas y la parte visible de los mesones de las librerías. Algunas han intentado mantener su perfil de independientes a la vez que trabajan libros de buenas ventas, como Hueders hace con 31 minutos. Muchas otras, por otro lado, no viven de la venta de sus libros, sino de subvenciones del Estado, lo que confirma que poca gente tiene acceso efectivo a sus libros. Algunas editoriales, por supuesto, son excepciones: la de la Universidad Diego Portales tiene excelentes libros y, gracias al patrocinio de la institución, han logrado posicionarse en el medio. Pero esto, insisto, es una excepción. Por todo ello, me parece, nace nuestra idea de no entrar en su juego, sino que ir por otro lado.
¿A quién quieren llegar?
El público al que queremos llegar se define a partir de hábitos cibernautas y no a partir de la pertenencia a sectores etarios, sociales o clasificaciones de ese estilo. Vivimos en una era en que lo digital, la idea de consumir, ha arrasado con lo material, con la idea de poseer. El caso del libro es uno de los más particulares, pues su adaptación a lo digital ha sido lenta y lo más seguro es que nunca sea total. Nuestro objetivo son entonces los lectores híbridos, esos que leen en papel pero que también buscan los libros digitales cuando tienen una razón para buscar libros digitales. Asimismo, nos interesan quienes frecuentan los hipermedios: comentadores de foros o noticias, comunidades literarias online, exploradores de nuevos medios. Para nosotros es fundamental crear una situación de feedback entre el autor y sus lectores.
¿Cómo seleccionan trabajos?
Me gusta la idea de que la obra de un editor son los trabajos que decide o no decide publicar y, en ese sentido, lo que queremos es una gran obra. Dada nuestra formación e intereses, se ha dado de forma natural el conocer a escritores emergentes, medianos o consagrados. Muchos hacen un gran trabajo y apenas pensamos en armar un buen catálogo nos acordamos de ellos. Tal es el caso del argentino Santiago Ambao y del chileno Andrés Olave, que ya se encuentran en nuestro sitio. Sus novelas se adecúan muy bien a nuestra línea editorial. “La invención de Dios” de Ambao narra de forma magistral un episodio de toma de catedral protagonizado por curas, a la vez que utiliza distintos soportes mediáticos para dar distintas voces al relato. “La tienda de regalos” de Olave tiene una trama digna de los mejores folletines de antaño: personajes memorables, sucesos increíbles, situaciones agudísimas. Todo en un Valparaíso Apocalíptico.
También realizamos una convocatoria abierta a principio de año. Han llegado muchos trabajos y los revisamos con cuidado. Nuestro criterio es encontrar novelas que soporten el formato por entrega, es decir, que tengan la capacidad de entretener a la vez que muestran calidad literaria.
¿A qué se debe la estética particular que usan sus portadas?
Creo que las editoriales en general han llevado a un segundo plano la intencionalidad de las portadas. Abundan por todos lados libros con imágenes genéricas que no significan nada, que más parecen sacadas de un banco de fotos sin derechos de autor que pensadas para el texto que presentan.
Nuestra apuesta es lograr una estética de autor. Las ilustraciones las hace Francisco Schilling, que es un gran dibujante y que tiene ese estilo oscurillo que nos acomoda. Lo ideal para nosotros es lograr que la imaginería de nuestro sello sea reconocible y atractiva, que se sienta que hay algo que esas imágenes te quieren decir.
Sus libros están en formato digital, ¿piensan pasarse al papel?
Por ahora todo se encuentra en formato digital. Una vez lanzadas las novelas casi en su totalidad, estarán disponibles en versión impresa por encargo. Así hacemos convivir ambos formatos y quienes quieran ser los primeros en leer la novela entera tendrán esa posibilidad.
¿Qué es lo que viene después de las novelas “la invención de dios” y “tienda de regalos”?
El catálogo se sigue ampliando, las capacidades de la editorial también. Ya trabajamos con otros autores y tenemos la intención de ofrecer una buena variedad de géneros y posibilidades para que los lectores se encuentren semana a semana. De hecho, los seguidores de “La invención de Dios” de Santiago Ambao podrán seguir leyendo sobre su universo en los otros dos libros que componen su trilogía, la cual será publicada en su totalidad por nosotros.